lunes, 17 de diciembre de 2012

Por Fin Habla Colom. Declaraciones sobre Baldetti. Tendra Razon?


"Yo hubiese destituido gente al día siguiente de los incidentes en la Cumbre de Alaska"

Álvaro Colom, expresidente de la República
Beatriz Colmenares
Fuente menor Fuente normal Fuente grande
Ampliar imágenEPFoto:  JESÚS ALFONSO > ELPERIÓDICO
¿Cómo evalúa el desempeño de este gobierno en seguridad?
– Le ha dado continuación a ciertos procesos. Por ello, continúa bajando el índice de homicidios. Pero no descienden los delitos patrimoniales. Había casi desaparecido el robo de iglesias y bancos y vuelven a darse. Por otra parte, considero que instaurar Fuerzas de Tarea no era el camino, porque son para áreas específicas.

¿Qué opina de la establecida en la zona 18?
– Esa funcionaba, de cierta manera, desde hace dos años. Los delitos en El Paraíso y El Limón se redujeron 58 por ciento cuando era Presidente. Pero poner a funcionar muchas Fuerzas de Tarea debilita a la Policía. En el interior me cuentan que los agentes se han venido a la ciudad. En Escuintla, Jalapa, Chiquimula y Petén no bajan los homicidios. No debió interrumpirse el fortalecimiento de comisarías en la provincia.

¿Qué opina del Ministerio de Desarrollo Social, creado para institucionalizar los programas planteados durante su gobierno?
– Creo que destruyó el sistema de cohesión social, entendido como un esfuerzo del Gobierno para reducir la pobreza. Un Ministro jamás podrá coordinarse con otros; se necesita de una dirección con objetivos específicos. Hoy, los programas sociales benefician a menos personas. En Sololá y Alta Verapaz aumentó la cifra de muertes maternas, que se había logrado reducir cuando los centros de atención atendían las 24 horas. Se afectó la operatividad y se volvieron clientelares.

¿No lo fueron en su mandato?
– No. Quizás algún alcalde o diputado pudo haberse aprovechado, pero las directrices en ese sentido fueron claras. Al partido oficial de seguro le tomó por sorpresa descubrir que en Mi Familia Progresa no estaba empleada ni una sola persona afiliada a la UNE. Se decía que los programas eran corruptos y no se ha comprobado nada.

El Gobierno ha contemplado emitir bonos para saldar deuda. ¿Cómo explica esos pagos pendientes?
– En el Fonapaz jamás autoricé construir nada sin el respaldo de una partida presupuestaria. En los noventa empezó a contratarse obra con adelantos del 20 por ciento, y tanto alcaldes como Consejos de Desarrollo alimentaron esta práctica, lo cual fue generando la presa de deuda. La única opción para enfrentar esta avalancha es dejando de aumentarla.

Sin embargo, durante la reconstrucción posterior al paso de ‘Agatha’ se aprobó obra que no contaba con partida presupuestaria.
– Sí, pero nosotros nos encontramos con toda la construida luego de Stan y de Mitch. No teníamos salida.

¿Cómo salir del escollo?
– Frenando el sistema. Los ministerios tienen que invertir en donde hay presupuesto y punto.

La reforma al magisterio, discutida en su administración, ha sufrido todo tipo de obstáculos. ¿Por qué no avanza?
– Hubo errores de fondo y faltó cabildeo. La intención es buena, pero los cambios no se anuncian de un día para otro. En este país puede dialogarse tres años y luego olvidar de qué se habló el primer día. Así somos los chapines. A la Ministra le faltó humildad y paciencia.

En otro orden de ideas, se le critica por haber avalado una reforma al desarrollo rural inviable. ¿Qué responde a esos señalamientos?
– Trabajamos casi dos años en esa política. Guatemala no saldrá de la pobreza si el desarrollo rural no se impulsa. Lo que proponíamos iba en el camino correcto y se alcanzaron consensos. Puede que nuestra propuesta haya tenido errores, pero si no mejoran los salarios, las inspectorías de trabajo, o el acceso a los medios de producción, quienes viven en el área rural están arrinconados a trabajar sin generar ingresos suficientes como para alcanzar la canasta familiar.

¿Qué acciones emprendieron para cambiar esta realidad?
– Nos encontramos con un Ministerio de Agricultura que no era sino una colmena de proyectos. Como consecuencia de ello, tuvimos un montón de ministros que no atinaban por dónde enfocarse. Dejamos pendientes, pero hicimos cosas. Con la construcción de la carretera en la Franja Transversal del Norte se generará una nueva costa sur, por ejemplo.

El tema es caldo de cultivo para la confrontación. ¿Cómo ponerle fin?
– Con un gobierno independiente. Y que, alternadas, de tres a cuatro administraciones puedan impulsar políticas de desarrollo. El gran reto de esta sociedad es crecer reduciendo la inequidad.

¿Cómo evalúa la incidencia de la vicepresidenta Roxana Baldetti en el Gobierno?
– Conozco bien al general Pérez Molina porque trabajamos casi cinco años en los mismos gobiernos. Creo que tiene muy buena voluntad, pero su equipo cercano, y no me refiero únicamente a la Vicepresidenta, le resta eficacia a su administración. Lo han metido en líos innecesarios: Puerto Quetzal, el relajo de los muchachos del magisterio o la tragedia en Totonicapán. Esta última podía prevenirse. Todos conocen la cuota de poder real de los cantones.

¿Qué opina del manejo de crisis en esos días?
– Fue muy malo. Pusieron al Presidente a decir cosas que no son ciertas, como que los soldados no iban armados. Hubo una serie de imprecisiones inexplicables y terribles. Yo hubiese destituido gente al día siguiente de los incidentes en la Cumbre de Alaska. A mí me mintieron luego de los que ocurrieron en Agua Zarca y por eso salieron del Gobierno.

¿A quién hubiera removido? ¿Al Ministro de Gobernación? ¿Al de Defensa?
– Al de Defensa. Se demostró que el de Gobernación no tuvo nada que ver.

¿Cómo compara el trabajo de Roxana Baldetti con el de Rafael Espada?
– Ser Vicepresidente es complicado. El mandatario tiene que ubicarlo en determinadas tareas, porque no tiene mando nunca. Rafael manejó muy bien al Gabinete Económico y la crisis de los experimentos norteamericanos. La Vicepresidenta administra demasiados temas y obstaculiza a Pérez Molina. Lo de la casa “tipo Baldetti” no tiene ningún sentido. Desde el graderío creo que el desgaste de este gobierno es mayor de lo esperado.

¿Qué opina del trabajo desarrollado después del terremoto en San Marcos?
– Lo han hecho bien. Sé por experiencia que en las tragedias es difícil llegar hasta el último afectado. Por eso surgen las críticas. El Presidente hizo lo correcto al cancelar sus viajes y en dejarse llevar por la Conred, una institución bastante profesional. Siguieron los lineamientos adecuados. Ahora falta lo más duro: cuando todos se olvidan de lo sucedido.

¿Qué Ministros han tenido buen desempeño?
– López Bonilla ha sabido balancear un puesto complicado y ha manejado adecuadamente las agresiones políticas. Pero en Salud los problemas siguen profundizándose y en Educación no he visto una luz.

¿Cree que el Presidente debió vetar la Ley de Telecomunicaciones?
– Definitivamente sí. Habría demostrado su independencia.

¿Por qué la corrupción sigue siendo un talón de Aquiles?
– Hay temas más complicados que la misma corrupción. Me hubiera gustado hacer más. Logramos limpiar Gobernación y Defensa, pero nos faltó. La situación se agrava por la penetración del narcotráfico en las estructuras. Un buen punto de partida para enfrentarla sería escudriñar la ley del Presupuesto para que todo lo que se contrate o compre tenga respaldo.

¿Cuáles han sido los mayores errores de este Congreso?
– El transfuguismo. Es criminal para el sistema político.

¿Particularmente para la UNE?
– Yo no estoy involucrado con la actividad diaria del partido. Voy cuando me llaman, pero considero que lo que pasó fue una bendición de Dios porque se depuró la organización. La próxima bancada será del mismo tamaño de la que se logró el año pasado: con gente nueva, joven, y con más mujeres. Es el momento de renovar cuadros.

¿Qué opina del papel que ha jugado como bancada?
– Lo dije en un Comité Ejecutivo: para un partido opositor es mejor una bancada pequeña. Han hecho una oposición racional. No sirve de nada dar de gritos sin llegar a cosas concretas.

¿Cómo evalúa a Lider?
– Se creció muchísimo. Su prueba de fuego será el día de las elecciones. Están quienes piensan que no tiene la fuerza de la que presumen.

En este panorama político de eterno clima preelectoral, ¿a quiénes ve con aptitudes para gobernar?
– Con posibilidades de llegar a la segunda vuelta veo a Baldizón (Manuel) y a Sandra (Torres). Las posibilidades de Sinibaldi (Alejandro) dependerán de la unidad del Patriota, y gobernando es muy complicado.

¿Están los tres capacitados para ser Presidente?
– Sandra sí. Ha sido una de las mejores ejecutivas que he visto haciendo gobierno.

¿Afectó su trabajo el que, siendo su esposa, tuviera aspiraciones presidenciales?
– No, porque yo estaba claro de hasta dónde podía llegar el tema, que era complicadísimo, extraño e inédito. El proceso de inscripción fue dramático.

¿Desgastante?
– Sí, sobre todo por la unidad nacional. Jamás se pensó en violar la Constitución. Ese año pasará a la historia. Fue la primera vez que un partido oficial no llevó candidato a la Presidencia. Y esos votos ahí están.

¿Se arrepiente de algún nombramiento?
– Todos fueron hechos bajo razonamientos específicos, pero a algunos se les salen las plumas del pavo real cuando alcanzan esos puestos.

Dos exministros de Gobernación suyos enfrentan procesos judiciales.
– Y la responsabilidad es de ellos, no tiene nada que ver conmigo. Quizá hubiese sido mejor que Salvador (Gándara) se quedara de alcalde y no complicarle la vida con ese Ministerio. Sigo sin entender por qué Raúl (Velásquez) se metió en un lío.

¿Ha hablado con ellos?
– No, para nada. Al analizar este tema, creo que debería haber nombrado, desde el principio, a Juan Alfonso de León como ministro de Agricultura. Hubiéramos hecho un trabajo fuera de serie. Carlos (Menocal) no hubiera podido ser titular de Gobernación después de Vinicio (Gómez).

¿Por qué?
– Lo matan. Era necesaria la depuración de la Policía.

¿Cómo explica ahora el caso Rosenberg? Si considera que hubo conspiración, ¿podría mencionar nombres y apellidos?
– A principios del próximo año estará listo el libro que estoy escribiendo. Publicaré nombres y apellidos. Pero adelanto algo: se tomaron decisiones importantes. ¿De qué servía encarcelar a 32 personas por sedición?

¿A quiénes se refiere?
– A quienes llevaban el letrero “Álvaro asesino”. Las condenas son de 25 años. También hubiera podido declarar Estado de Sitio. Pero lo único que ganaba era fomentar la polarización.

¿Acaso no se generó más con la contramarcha a las “camisas blancas”?
– No. Si no lo hacía, me botaban. Yo se los dije: sáquenme 5 mil y yo les saco 10 mil, y lo cumplí.

¿A quién se lo dijo?
– Al Cacif. Me acusaron de que esa marcha iba a ser otro Jueves Negro. Yo respondí que no, porque no tenía responsabilidad en la muerte de Rosenberg. Vi el video dos veces y no volveré a hacerlo en mi vida. De algo estoy seguro: esa crisis no ha terminado. ¿Quién lo convenció de quitarse la vida? ¿Por qué pretendía involucrarse a Banrural y a Fedecocagua? ¿Por qué el negocio de los pasaportes siempre aparece en cosas raras? Rosenberg era representante legal de la empresa La Luz.

¿Qué respuestas ha encontrado?
– Para ello escribo el libro. Lo de los pasaportes es serio. Nosotros encontramos a Zetas con documentos falsos. Pagaban hasta US$80 mil por documento. El Plan Atanasio Tzul, que nunca revelamos públicamente, llegaba a mi asesinato.

¿Estaba vinculado con el caso Rosenberg?
– Yo lo analizo por etapas. Hubo quienes se aprovecharon ese domingo de lo sucedido, y quienes se sumaron el lunes. No veo vínculos entre las “camisas blancas” y Rosenberg: se subieron porque les convenía. Otto Pérez pidió mi renuncia. Pero aguantamos la crisis, gracias al apoyo popular y al de los alcaldes.

¿Los oficialistas?
– Los de todo el país. Yo nunca discriminé a ninguno. También fue fundamental el apoyo de la comunidad internacional, y el del Cardenal Quezada. En una reunión el jueves siguiente de la muerte de Rosenberg, a la que asistieron embajadores, CICIG y Cacif, Monseñor pidió la palabra y dijo: “el Presidente cometió un crimen: le dio sus ojos, su boca y sus oídos a los pobres”. Se lo decía al sector privado. Ese día empezaron a cambiar de actitud. De esa semana recuerdo todo, hora por hora.

¿Qué es lo mejor de ser expresidente?
– Duermo bien. A mi mamá y a mis hermanos los veo mucho más. Estoy regresando a mi actividad privada. Ir al interior me motiva muchísimo.

¿Por qué va?
– Desarrollo proyectos de ingeniería en el área de Quetzaltenango. El contacto con la gente ha sido importante. Hace poco asistí a un comercio camino a Likín. En cuestión de minutos, me rodearon unas ocho personas. Una señora me aseguró que yo le había dado tres años de vida más a su hijo. La dueña y su hija me dijeron que nos debían la vida: iban a ser extorsionadas y su caso fue resuelto en dos días. La banda entera fue capturada. Eso es muy satisfactorio.

1 comentario:

  1. Anónimo17/12/12

    ME GUSTA CUANDO DICE COLON QUE PUSO A UNOS ALCALDES Y MINISTROS A SU GABINETE Y QUE A ALGUNOS SE LES SALE LAS PLUMAS CUANDO ESTAN EN LA POSICION Y OTRO COMENTARIO QUE HIZO DONDE DICE QUE LA ESPOSA FUE UNAS DE LAS MEJORES TRABAJADORAS QUE TUVO SU GAVINETE SAVEN POR QUE ME GUSTO SU COMENTARIO POR QUE POR FIN SE DIERON CUENTA QUE LAS MUJERES HACEMOS Y VALEMOS MUCHO EN EL GOVIERNO

    ResponderEliminar

Esperamos sus comentarios, los cuales seran revisados previamente. Para poder ser publicados. Gracias